lunes, diciembre 11, 2006
No es intención de este crónista hacer un anecdotario sobre historias de ajedrecistas en la salas de baño. Mucho menos mostrarte el de mi casa un poco desordenado. La cosa viene por otro lado. Porque atrás quedaron las épocas en las cuales este necesario cuarto podía a lo sumo generarnos problemáticas tales como la inoportuna falta de papel higiénico o ser el privelgio de ser testigo de alguna corrida de aquel que en apuros de tiempo prefería perder 30 segundos pero no seguir pinponeando sin sacear una de las más básicas necesidades fisiológicas.
La noticia, y lamentablemente nos vamos poco a poco acostumbrando a estas cosas, nuevamente está ligada al deshonor que causa ser acusado o descubierto siendo ayudado por computadoras. Solo-ajedrez, esto se cae de maduro y quizás este de más la aclaración, cree que las sanciones deben ser ejemplificadoras y se debe encontrar una solución acorde al problema: no es una trampa sencilla, es una falta absoluta de respeto al rival.
Sólo un día después de que Koneru Humpy se impusiera en los Juegos Asiáticos celebrados en Doha, otro jugador de la India deshonraba al ajedrez: Umakant Sharma de 2384 puntos de elo fue descubierto con un aparatito escondido en su gorra mientras jugaba con negras con el maestro internacional Rahul Shetty.
Una mancha más para nuestro juego. Se suma al escandalo en Elista. A la descalificación de numerosos maestros que desconocedores de la nueva regla de la FIDE (te suena el celular en una competición y perdés) perdieron numerosas partidas. Al equipo entero de la Liga alemana que descendió porque su capitán olvidó desconectarlo y le llamaron durante el encuentro.
A los problemas nuevos, soluciones nuevas. Si vas a hacer trampas, aprovechá que vas para el baño, y andáte un poco a reflexionar. Tu carrera y serle fiel al juego que tantas alegrías te da vale mucho más que un punto.
1 Comment:
a ese baño lo conozco, eh....
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