Crónica Ronda 7: "Se viene Anand, se viene..."

viernes, septiembre 21, 2007

Luego de vencer con piezas blancas a Alexander Grischuk, Viswanathan Anand quedó como único puntero del Mundial de ajedrez. Culminada la primera rueda de un certamen caracterizado por la lucha y la emoción, tenemos a tres jugadores separados por un punto. Anand tiene 5, Gelfand 4 ½ y Kramnik 4.

Se espera una segunda vuelta muy disputada y creemos que a pesar que Anand sacó una lucecita de ventaja, nada está definido.

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Morozevich ½ - Leko ½
La partida más extensa de la ronda y en mi concepto, la más difícil de describir desde que iniciamos estas crónicas. Será esa mezcla de juego hipermoderno junto a dosis cada vez mayores de cadencia ajedrecística, la que me hace entender muy poco la partida. Se pasa de un juego de maniobras a juego táctico y viceversa, sin escalas. Luego de una apertura escocesa en la que la ventaja de espacio del blanco le garantizaba un juego tranquilo a Moro, devino en una simplificación central (sobre el tablero quedaron durante varias jugadas dos columnas abiertas, la “e” y la “d”) que dio lugar a nuevas simplificación que derivó en un final de damas con piezas menores. Allí parecía que la partida se definía a favor de Alexander, pero Leko activó su dama y logró arribar al empate luego de un jaque perpetuo.

Anand 1 - Grischuk 0
Gran partida de Anand. Con un juego práctico y sin grandes complicaciones tácticas, Viswanathan logró imponerse al joven Grischuk. Luego de una apertura española en donde el esquema del juego derivó en una estructura del tipo de la defensa benoni, los peones del blanco parecía limitar el juego de piezas del negro, en especial de su alfil. Luego del cambio de damas, daba la impresión que el alfil de Anand que colisionaba con su cadena de peones y la buena ubicación del caballo negro, permitía un juego sin grandes complicaciones para Grischuk. Lejos de ello, Anand, irrumpió con sus peones en el flanco del rey abriendo las grietas necesarias para que sus torres penetren en la posición adversaria. La presión del blanco con sus torres y caballo se hizo insostenible, obligando a Grischuk a rendirse en el jugada 50.

Svidler ½ - Aronian ½
La partida más corta de la ronda. Por vez primera se jugó la apertura española del cambio (¿quien no jugó con blancas esta variante cuando aprendió sus primeras armas en el juego ciencia?), que en general se trata de una línea que permite al blanco obtener una muy pequeña ventaja a partir de la mejor configuración en su estructura de peones. De todas formas, se sabe que esta mínima ventaja es compensada por el par de alfiles y es sumamente difícil de materializar. Y así fue. Tras una serie de cambios de piezas menores se acordó el empate en la jugada 20. Creemos que Svidler intentó jugar una apertura sin asumir grandes riesgos frente a un rival ingenioso, que podía hacerle pasar un mal rato.

Kramnik ½ - Gelfand ½
El señor K, no logra volver al triunfo. Sigue invicto, pero empieza a perder chances, resignando puntos en partidas claves. Y esta lo era. Nuevamente se repitió la defensa semieslava en la que el dominio central (ventaja transitoria) se enfrentaba a la ventaja material de un peón (ventaja permanente). El duelo de ventajas dio por resultado una emotiva partida, que más allá de haber sido bien o mal jugada, permitió observar que la magia del “viejito” Gelfand sigue intacta por ahora. El señor K intentó por todas partes, pero Boris respondió cada golpe, con otro golpe igual o superior. Promediando la partida, parecía que la inseguridad del rey de Gelfand le podía hacer jugar una mala pasada. Sin embargo tras el enroque largo en la jugada 33, Gelfand demostró que le sobran agallas y pudo igualar un juego que en los papeles parecía complicado.

Como decíamos al comienzo se viene una segunda vuelta con tuti. Esperemos que despierten los que todavía no lo hicieron (Svidler y Leko), que se sostengan quienes en los papeles parecían actores de reparto (Gelfand y Grischuk), que los candidatos sigan jugando como candidatos (Kramnik y Anand) y que las promesas pierdan aún más el respeto a las estrellas (Moro y mi pollo Aronian). Esperemos.